Todos los que saben un poquito de esto de las cuatro ruedas coinciden en que los años 80 fueron la época dorada del Motorsport mundial. Mientras la F1 vivía los tiempos del efecto suelo (hasta su prohibición en el año 1983) y los motores turbo, el mundo de los rallies vibraba en cada prueba del campeonato mundial con las bestias que recorrían las carreteras de los países que visitaban. Eran los tiempos de los Peugeot 205 T16, Audi Quattro, Lancia 037, Lancia Delta S4, Ford RS200, Renault 5 Maxi Turbo y compañía, que marcaron la edad de oro del actual WRC. Pero todo aquello acabó en una curva de una carretera corsa con el accidente de Toivonen, pasando al destierro los grupo B y encargando a los grupo A, más dóciles y menos salvajes, la difícil tarea de cubrir un hueco enorme en el corazón de los aficionados. Y vaya si lo lograron...
A mediados de los 90 el WRC vivía una segunda época dorada con los Subaru Impreza, Toyota Celica, Ford Escort Cosworth y cía. Eso, unido a la cantidad de pilotos de enorme talento coincidentes en el tiempo como McRae, Sainz, Auriol, Kankkunen, Liatti, Eriksson o Makkinen supuso el resurgir de una de las disciplinas más espectaculares del mundo del motor.
Todo esto fue a más cuando a estos capos de 300CV y tracción total les salieron unos niños respondones de tracción delantera y 280CV que les darían más de un susto, especialmente en las pruebas de asfalto. Comenzaba la era de los Clio y Mégane Maxi, los ZX y Xsara Kit Car, y cómo no, del 306 Maxi, que sería uno de los coches más destacados en esta clase y que traemos hoy en este artículo.
Los Kit Car verían su ocaso entre finales de los 90 y principios de los 2000. La FIA no podía tolerar que los pequeños se subieran a las barbas a sus hermanos mayores en las pruebas de asfalto, con lo que a base de limitaciones acabaron con estos coches absolutamente espectaculares. Finalmente, la aparición de los Super 1600 fue el último clavo del ataúd para esta categoría.
LA MAQUETA
La miniatura que traemos a colación de este artículo es la del Peugeot 306 Maxi fabricada por Solido a escala 1:18. Esta unidad hace homenaje al que utilizó Gilles Panizzi en el Rally de Montecarlo de 1.998, puntuable para el Mundial de rallies, con el que conseguiría una respetable novena plaza.
Solido ha mejorado muchísimo la calidad de sus maquetas en los últimos años. Si hace un par de décadas era una marca que hacía miniaturas de precio razonable y calidad más bien pobre, ahora mismo es una de las más atractivas para los aficionados a este hobby, precisamente porque el precio de sus productos se ha mantenido pero la calidad ha aumentado exponencialmente.
En esta pieza se nota la evidente influencia de los trabajadores del fabricante Otto, que ya tuvieron en su catálogo esta maqueta años atrás. El molde del modelo es muy fiel al coche original, con una carrocería muy bien rematada con la espectacular farera del frontal, utilizada en las noches del Rally más famoso del mundo. La dirección es practicable y las puertas delanteras se abren, lo que permite visualizar un interior bastante digno para el rango de precios en el que se mueve la marca Solido. También destacan las llamativas llantas blancas, de 16 pulgadas en el modelo original, a través de las cuales se puede ver el disco y la pinza de freno.
Quizá por ponerle un pero, y es algo que le gusta hacer a esta marca con bastante asiduidad, es que los espejos vienen separados de la maqueta, teniendo que colocarlos nosotros, dando a veces un aspecto un tanto chapucero a la maqueta si las piezas no encajan bien. Por otro lado, también se echa en falta la suspensión en las cuatro ruedas o la apertura del maletero, algo que este fabricante sí hacía tiempo atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario