sábado, 24 de agosto de 2019

RENAULT 5 GTL (Alezan models)


EL MODELO

El vehículo que protagoniza estas líneas posiblemente sea uno de los más recordados de la última parte del pasado siglo. El Supercinco (o simplemente, R5), junto  al Citroën AX, el Peugeot 205,  el Opel Corsa o el Fiat Uno (entre otros), forma parte de una maravillosa generación de pequeños utilitarios que encandiló al público europeo entre finales de los años ´80 y principios de los ´90. En particular, las versiones deportivas de estos automóviles hicieron las delicias (y también causaron alguna que otra desgracia) entre los más jóvenes. Coches potentes, económicos y orientados a chavales con el carné recién sacado, características que les hizo ganarse el sobrenombre de "pelotillas". Sea como sea, dejaron huella en la historia del automóvil.

El Supercinco fue lanzado al mercado por Renault en el año 1.984, con un difícil objetivo, el de hacer olvidar al mítico Renault 5. Quizá no consiguiera su objetivo, pero sí logró ganarse el corazón de los aficionados al motor. Fue producido por la marca francesa durante 12 años, hasta que en 1.996 cesó definitivamente su producción, dejando su sitio al Clio, con el que sin embargo convivió durante 6 años.
En cuanto a sus características, Renault otorgó una amplia gama de motores y equipamientos al R5. No obstante, para no extendernos demasiado en el tema, nos centraremos en la versión GTL. Únicamente señalar que, en lo referente a su potencia, la versión más modesta, la de 1.984, tenía un motor de unos 48CV, mientras que el primer lugar en este apartado lo ocupó el maravilloso GT Turbo con sus 120CV. El GTL, por su parte, gozaba de una potencia de 58CV y 1.400 c.c., suficientes para alcanzar una velocidad punta de casi 160km/h. La transmisión, por su parte, era de 5 velocidades. Muchos recordarán precisamente la pegatina con la frase "5 velocidades" en su portón trasero.
Respecto a sus dimensiones, el Renault Supercinco tenía 3590 mm de largo, 1590 mm de ancho, 1390 mm de alto y una batalla de 2407 mm.


LA MINIATURA

La miniatura que protagoniza este artículo proviene de un kit artesanal hecho en resina por el fabricante francés Alezan Models. El kit es de buena calidad, con todos los elementos necesarios para dar el máximo detalle a la pieza. Cabe destacar las calcas, que permiten recrear diversas versiones del Super 5 a gusto del coleccionista. En este caso, la versión elegida ha sido la GTL. También conviene hacer especial referencia a los limpiaparabrisas, los cuales son fotograbados, si bien no han sido incorporados aún a la miniatura de las fotos.
Foto del kit completo. Fuente: ebay
Del montaje y pintura se ha encargado Fran Latorre, cuyos trabajos podéis apreciar en la página de Facebook Latorre Racing.El trabajo realizado por Fran ha sido notable, y el resultado ha sido bastante bueno. Evidentemente, los acabados no son tan finos como los de cualquier fábrica que produce maquetas en masa, pero el estar pintado a mano le da un encanto especial y por supuesto revaloriza el producto. Cabe destacar además el minucioso trabajo de pintura en las pequeñas partes del vehículo, en especial la raya roja a modo de embellecedor a lo largo de toda la defensa, pintada completamente a pulso (fue una petición especial, ya que el kit incorporaba calcas de una raya amarilla), así como las líneas negras que recorren el techo del vehículo y que sirven para unir las lunas delantera y trasera. Tampoco podemos olvidarnos de los intermitentes delanteros, también recreados a mano.
Por otro lado, el modelo es absolutamente cerrado, sin ninguna ventanilla "vacía", lo cual ayuda a dar un mayor realismo, pues maquetas de otros fabricantes siempre tienen un hueco vacío para apreciar la parte interior del coche, lo cual desluce un poco la pieza.
En cuanto al interior, simplemente señalar que también está bastante logrado. Su morfología es rápidamente identificable, siendo la propia del original Renault Supercinco.
A pesar de la buena apariencia del kit (antes de montarlo, el resultado final queda a la opinión del público), este tiene dos peros. Las llantas son seguramente el punto flaco de la miniatura, con cierta dificultad a la hora de pintarlas, y por otra parte en la base no hay agujero alguno para fijar el vehículo a la peana, así que hay que hacerlo como buenamente se pueda.


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